viernes, 30 de junio de 2017

MEDITAR: Ciencia y Arte

MEDITAR: Ciencia y Arte



MEDITAR: Ciencia y Arte
Paramhansa Yogananda en meditación

El Raja Yoga o Yoga Real es la ciencia de la unión con Dios que utiliza como vía esencial la Meditación. Engloba a todos los demás Yogas: el Yoga de la Devoción (Bhakti Yoga), el Yoga del Discernimiento (Gyana Yoga), el Yoga del Servicio (Karma Yoga) y el Yoga Físico (Hatha Yoga). Este último, el Hatha Yoga, que ha sido identificado popularmente con la palabra "yoga", tiene por objeto primordial preparar el cuerpo para soportar la inmovilidad, en la postura correcta, que se precisa en la meditación profunda.
El lenguaje ordinario confunde la palabra "meditar" con "pensar en algo". Meditar es algo más complejo y requiere, para su correcta ejecución, un conocimiento profundo de la naturaleza de este acto. El Raja Yoga, desarrollado por los Rishis o sabios que han alcanzado la perfección, es una auténtica ciencia de la Verdad sujeta al rigor científico que marca la observación, la experimentación, la comprobación de resultados, la interpretación de estos y la obtención de leyes en el marco de una Teoría Global de la Existencia. Allí donde termina el razonamiento de los físicos, continúa el discernimiento intuitivo, emanado del alma, de los yoguis metafísicos. Mientras el físico nuclear investiga el átomo intentando comprender quien es el electrón, el yogui evolucionado comprende el átomo transformándose en él. Mientras el físico nuclear sigue (cada vez menos) pensando que la materia es la base de todo, el yogui, como enseñan las antiquísimas escrituras de la India, sabe que absolutamente todo es consciencia.

Comencemos intentando definir que es MEDITAR.
Sri Yukteswar (el que está unido a Dios), Maestro de Paramhansa Yogananda, enseña en su libro "La Ciencia Sagrada" que todos los seres humanos tienen los mismos anhelos: evitar el sufrimiento y encontrar la felicidad perdurable. Sin embargo, el comportamiento de las personas difiere mucho de unas a otras. Es la forma de satisfacer estos anhelos lo que las diferencia. Erróneamente buscamos la solución en las cosas externas: una buena compañía, un buen trabajo, una buena casa, etc. Temporalmente los logros alcanzados nos satisfacen, pero pronto surgen otros anhelos alternándose alegrías y tristezas, salud y enfermedad, vida y muerte.
Es paradójico que todo lo que precisamos, y que buscamos en el exterior, lo tenemos ya en nuestro interior. El alma es la fuente que toda sed sacia. Pero el alma, que se ha identificado con el cuerpo (el ego) se percibe con las limitaciones de la naturaleza. El proceso que ha de desarrollar el ser humano es justo salir de la amnesia espiritual en que se encuentra, recorriendo el camino espiritual que lleva desde la identificación actual con el Ego, hasta la identificación final con el Alma.
Me gusta pensar que meditar es buscar en nuestro interior la felicidad perdurable. Buscar simplemente paz. Pero esta forma de definir la meditación es poco científica y la definición es poco ambiciosa. Por que conformarse con solo un poco de paz.
Yogananda y toda la gama de Gurús del sendero espiritual de Ananda, destacan por el carácter científico con que abordan todas las situaciones.
Existen grabaciones en las que se puede escuchar la voz de Yogananda diciendo
"Meditar es practicar la presencia de Dios
"Kriya Yoga es la más elevada práctica de la presencia de Dios"
Tomaremos como definición rigurosa de la meditación las siguientes palabras de Yogananda:
“Es aquel tipo especial de concentración en la cual la atención se ha liberado del estado de inquietud y se enfoca solamente en Dios”
“Es concentración utilizada con el solo propósito de conocer a Dios”

Para comprender en profundidad esta definición debemos analizar con claridad el significado y circunstancias de los términos utilizados. Con respecto a la concentración debemos entender que es focalizar la atención en lo que nos interesa, desechando todo lo demás, todo aquello que nos distrae. Pero esta concentración debe usarse "cuando se ha liberado del estado de inquietud". Es decir, debe existir previamente un estado mental libre de pensamientos inquietos cuya consecución no es fácil de obtener. Y entonces, y solo entonces, focalizar la atención en la percepción de Dios.
Swami Kriyananda hace hincapié en la importancia de escuchar en la vida. Dice que meditar es un acto de escucha, esperando percibir, en su momento, el susurro de la respuesta de Dios en el alma. Las múltiples maneras en que, en su libro “Cómo iniciarse en la Meditación”, define la meditación ponen de manifiesto los distintos aspectos que podemos tener en consideración: es un arte; cualquier práctica que tenga como meta la conciencia superconsciente; es escuchar a nuestro Ser Superior; es el proceso de vuelta que nos lleva al propio Centro; es el modo de afinar nuestro propio sistema de percepción.

Veamos algunos ASPECTOS CIENTÍFICOS a tener en cuenta:
a) Relajación y nivel de conciencia
La relajación es una condición necesaria para alcanzar el estado meditativo. Pero no sirve cualquier tipo de relajación. Si la relajación es pasiva la mente consciente se ve invadida por el subconsciente. La relajación que obtenemos al descansar plácidamente en un sillón o tumbados en el suelo, es pasiva.
Es preciso alcanzar una relajación activa que eleve el nivel de conciencia hacia la superconsciencia. Sentados confortablemente con la espalda recta, los hombros un poco hacia atrás, barbilla horizontal, abdomen retraído y los brazos reposando con las palmas de las manos hacia arriba son reflejo de una situación de relajación activa.

b) Correlación entre agitación mental, ritmo respiratorio y ritmo cardíaco
 
Para alcanzar el estado libre de inquietud es conveniente conocer diversas propiedades de la materia y relaciones que existen entre los procesos mentales y respiratorios.
La agitación térmica de un objeto da información sobre la velocidad con que se mueven las partículas que lo componen. Si la velocidad aumenta, la medida de su temperatura también lo hace. Así, en una estrella se pueden alcanzar temperaturas de millones de grados centígrados.  Si la velocidad disminuye, la temperatura desciende. Como la velocidad tiene un límite inferior, que es el reposo, la temperatura puede descender hasta el valor mínimo conocido como Cero Absoluto (0ºK). Las propiedades de la materia cambian drásticamente al acercarse al cero absoluto. A temperaturas elevadas cada partícula es independiente de las demás y al interaccionar con ellas confiere resistencia eléctrica o viscosidad, entre otras variables, al objeto.  Próximo a 0ºK, la partícula manifiesta más claramente sus propiedades de onda, cuya longitud se hace cada vez mayor, estableciendo contacto con las demás y fundiéndose con ellas como si fueran una sola partícula. Hay una sensación de Unicidad. La resistencia eléctrica desaparece permitiendo la circulación de corrientes de intensidad muy elevada sin gasto energético ni disipación de calor por efecto Joule. Lo mismo ocurre con la viscosidad; la sustancia fluye libremente, sin rozamiento. El ser humano puede experimentar una situación semejante: sentirse unido a todo lo creado y ser el mismo, ese Todo.

Existe una correlación entre agitación mental, ritmo respiratorio y ritmo cardíaco. A una mayor inquietud mental, por ejemplo en un proceso airado, se manifiesta una agitación respiratoria mayor y una mayor frecuencia e intensidad en los latidos del corazón.
Las técnicas de Raja Yoga enseñan con diversas técnicas, especialmente a través del Kriya Yoga, como fijar la concentración, calmar la mente y consecuentemente, disminuir los ritmos respiratorio y cardiaco. Al igual que sucede con la materia, en lo que respecta a su temperatura, también el ser humano tiene un límite inferior en lo relativo a su inquietud mental, pudiendo alcanzar, con la persistente dedicación, el estado de reposo absoluto mental. Nutriéndose, entonces, de abundante "prana" o energía vital (aquello que da y sostiene la vida) las células no precisan de oxígeno y la sangre no necesita transportar ningún nutriente. Este estado con la respiración suspendida y el corazón en reposo es el estado al que hace alusión Yogananda cuando define la Meditación al decir "...la atención se ha liberado del estado de inquietud"... y es el estado en que comienza la verdadera meditación, pudiendo el yogui  centrar toda su atención en la percepción de las cualidades o atributos del alma: amor, paz, gozo, serenidad, sabiduría, poder, luz y sonido.
Así pues, cuando hablamos de meditar, si no hemos alcanzado ese estado anterior, en realidad deberíamos estar hablando de aprender a meditar. En esta fase común de aprendizaje, todos los que practican la meditación luchan por apartar los pensamientos y calmar la mente con mayor o menor éxito dependiendo de los recursos técnicos de que dispongan. Aquí, la ayuda del Raja Yoga, la auténtica Ciencia de la Meditación, puede marcar el éxito o el fracaso en los intentos meditativos.
Ya, desde el principio, con la técnica de Hong So, el estudiante meditante percibe, aún con poca práctica, esbozos de esa paz interior que reina en el alma y que se va acrecentando con la práctica futura. Como consecuencia del estado mental cada vez más calmado es posible escuchar la respuesta a sus oraciones.
Kriyananda dice que en la oración hablamos con Dios; en la meditación escuchamos su respuesta.

                  c) Relación entre orientación de la mirada y el nivel de conciencia 

Otro aspecto científico de gran importancia lo constituye la relación que existe entre la dirección de la mirada ordinaria de los ojos y el nivel de conciencia.

Nuestra vida está llena de situaciones que corroboran lo expuesto en la siguiente imagen.
La conciencia es importante porque el camino que nos lleva desde la identificación con el ego, causa de nuestras desdichas, hasta la percepción del alma, nuestra verdadera y despierta naturaleza, es un camino de desarrollo de nuestro nivel consciente. Por eso, durante la meditación, o mejor, nuestra práctica meditativa, debemos mantener nuestra mirada interior (la mirada con los ojos cerrados, pero mentalmente abiertos) dirigida relajadamente a un punto ligeramente elevado en el horizonte, en la dirección del entrecejo, a fin de no caer en el revoltijo de pensamientos  y sensaciones que vienen del subconsciente y al mismo tiempo, estimular los lóbulos prefrontales del cerebro.
d) Modificación estructural y funcional del cerebro

La ciencia moderna ha cambiado profundamente el concepto que tenía sobre nuestro cerebro. Se pensaba que después de la juventud no se generaban más neuronas y que las funciones y estructura del cerebro solo podían ir declinando con el paso de los años. Nada más lejos de la realidad. No es ésta la primera vez que la ciencia nos da conceptos errados. La historia está llena de ejemplos.
Yogananda insistía en que la práctica meditativa estimulaba los lóbulos prefrontales que son causantes de las sensaciones altruistas, bondadosas y creativas del ser humano. También decía que inhibían el sistema límbico que es responsable del estrés, de las sensaciones de pánico ancestrales o de los episodios de ira.
La repetición de hechos genera pautas de comportamiento del cerebro de tal forma que se estimulan las neuronas implicadas en el fenómeno aumentando el número de conexiones y apareciendo una modificación estructural y funcional que permite, después de un cierto tiempo de práctica, repetir el hecho de forma automática, casi sin esfuerzo alguno. La disminución de energía en la zona límbica conlleva un debilitamiento de las estructuras causantes del miedo y de la ira. El fortalecimiento de la zona prefrontal ayuda a crear hábitos saludables con una elevación del nivel de conciencia.
En el estado de vigilia nuestro cerebro emite ondas Beta, cuya frecuencia oscila entre 12 y 30 Hz (ciclos por segundo), aproximadamente. Cuando nos calmamos, aún despiertos, la frecuencia disminuye. El rango de frecuencias entre 8 y 12 Hz es conocido como ondas Alfa. En los estados incipientes de meditación la frecuencia disminuye aún más (ondas delta y thita).
Recientemente, debido a que antes los aparatos médicos no registraban frecuencias altas, se ha podido constatar que meditadores muy expertos emitían con bastante intensidad una gama de frecuencias, denominada ondas gamma, bastante más elevadas que las ondas Beta, y cuya frecuencia podía rebasar los 100 Hz. Se asocian estas frecuencias a estados de profunda inspiración y creatividad.
La Física enseña que la energía de una onda depende de la frecuencia y del cuadrado de la amplitud, lo que implica que la energía de estas ondas gamma  puede ser cientos de veces superior a la correspondiente a ondas alfa o delta, propias de estados incipientes de meditación.

Podemos preguntarnos: ¿De dónde surge esta energía? 
Si la energía procediera del propio meditante, podría esperarse que después de la meditación debería estar exhausto. La experiencia indica todo lo contrario. Un periodo meditativo profundo siempre es reconfortante y recuperador. Así pues, si la energía no proviene del meditante, tiene que venir del exterior, de ese mar cósmico de energía vital o "pránica" que nos rodea. Si en la noche nos sintonizamos inconscientemente con la energía de la Madre Tierra, en la meditación profunda el yogui avanzado, conscientemente, calmando su mente, su respiración y su ritmo cardíaco, se sintoniza con esta fuente inagotable y gratuita de energía, sanando en el éxtasis, su cuerpo, su mente y su espíritu. Es esta energía vital, que conforma todo el mundo (cielo) astral, la que da y mantiene nuestra vida. El yogui que se nutre constantemente de esta energía puede observar el paso de los años sin deterioro.
Yogananda enseña que el cerebro humano necesita unos doce años para manifestar una pequeña modificación estructural y precisa un largo periodo de un millón de años de evolución natural saludable para ser capaz de soportar la Conciencia Cósmica. La elevada técnica de Kriya Yoga, la Ciencia Suprema del Yoga en palabras del avatar, permite mediante una constante y progresiva práctica de esta técnica, acelerar enormemente este proceso y producir cambios estructurales y funcionales profundos en el cerebro.
e) Coherencia cardíaca
Hasta hace poco tiempo se consideraba al corazón como un simple órgano cuya función era bombear la sangre a todo el cuerpo. Hoy se sabe que en el corazón existen unas 40.000 neuronas, que comparadas con los miles de millones que hay en el cerebro, parecen irrelevantes. Sin embargo, su efecto es mucho más poderoso. El campo electromagnético generado por el corazón es varios miles de veces superior al del cerebro y la información que viaja del corazón al cerebro es superior a la que el corazón recibe del cerebro. El corazón se comporta como la glándula del sistema endocrino más notable controlando y coordinando las acciones vitales de todo el cuerpo. El ritmo cardíaco, cuando es desordenado, inhibe el correcto funcionamiento del cerebro, especialmente en la zona del córtex prefrontal; cuando es ordenado o coherente, el funcionamiento mejora y el pensamiento se clarifica.
Es posible coordinar adecuadamente el corazón y el cerebro, estableciendo lo que hoy se denomina coherencia cardíaca, mediante la concentración simultánea en el cuarto chakra (imbuida de sentimiento amoroso) y en el sexto chakra.
Amplia información sobre este tema puede obtenerse en el siguiente enlace:
f) Enzima telomerasa 
 ¿Por qué algunos yoguis son tan longevos?
La neurociencia contemplativa es una rama de la neurociencia que se ocupa de los cambios estructurales y funcionales del cerebro como consecuencia de la práctica meditativa. Recientes estudios indican que la meditación estimula la generación de la enzima telomerasa. 
En el año 2009, en una visita a los Himalayas con el grupo de Ananda, tuve la ocasión de conocer a un yogui centenario, Swami Paramananda; unas fuentes hablaban de 112 años, otras de 117. El aspecto del yogui puede apreciarse en la fotografía adjunta.
Durante el mismo viaje, unos días después, en la visita al Ashram de Ananda Moi Ma para honrar la tumba de la santa, encontré un magnífico libro en español que describía la vida de esta crística mujer. 
De regreso a España, durante la lectura del libro, en un pasaje milagroso alrededor de 1935, aparecía una referencia a un joven swami llamado Paramananda. También encontré un apartado dedicado expresamente a este swami donde se relataba el gran aprecio que Ananda Moi Ma tenía sobre sus capacidades organizativas.  ¿Estaría tratándose del mismo swami?
 En el año 2013 pude repetir mi visita a los altos Himalayas visitando las cuevas y santos lugares donde por largo tiempo y profundamente habían meditados los antiguos rishis. Una vez más, nuestro guía nos condujo al nuevo asentamiento de Swami Paramanda. Le conté la historia del libro y le pregunté claramente si él era el swami de esa historia. Su respuesta fue afirmativa, indicando además que había permanecido en la compañía de la santa durante 10 años. Después me interesé por su edad preguntándole cuando había nacido. Su respuesta fue "eighteen eightynine". Así pues, había nacido en 1889. Por lo tanto, su edad, en ese momento era de 124 años.
Swami Paramananda en 2013
 La enzima telomerasa ha sido descubierta por la ciencia recientemente. Se sabe que está relacionada con procesos de regeneración de tejidos y con el mantenimiento de la longevidad. Cuando una célula ha vivido cierto tiempo se divide y en la división que los cromosomas sufren se produce un desgaste en el extremo del cromosoma que está protegido por una secuencia de aminoácidos que conforman lo que se denomina un telómero. Con cada división celular el telómero se acorta y cuando se termina, generalmente al cabo de unas 24 divisiones, la célula ya no se divide más y se muere.  
La enzima telomerasa, tomando una secuencia telomérica, repone el desgaste de los telómeros cromosomáticos de tal forma que la célula puede dividirse de manera indefinida mientras el telómero no se consuma completamente.
Esta es otra de las razones por la cual las personas que meditan en profundidad parecen rejuvenecer en primera instancia y ralentizar su envejecimiento posteriormente.
Las mujeres tienen telómeros más largos que los hombres, de ahí su mayor longevidad.
g) Beneficios de la meditación reconocidos por la ciencia

Es abrumadora la cantidad de estudios científicos que avalan la eficacia de la Meditación en áreas tan diversas como la salud, la educación, el ámbito social, la medicina, la nutrición, el éxito en la vida y sobre todo, en la búsqueda de la felicidad perdurable. Son miles las investigaciones que en diferentes ámbitos se han realizado con diferentes grupos de personas y que arrojan los resultados que se dan a continuación:


Estos resultados son la consecuencia del desarrollo en el estudiante de una mayor capacidad de concentración y focalización (atención), de la inhibición de la región límbica (disminución de estrés y ansiedad) y del estímulo en los lóbulos prefrontales (creatividad, buen carácter).
La neurociencia contemplativa ha confirmado, sin lugar a dudas, que la práctica regular de la meditación fortalece el sistema inmunitario y tiene un amplio efecto beneficioso  sobre todo el espectro de la sanidad.

Esta amplia colección de beneficios derivados de la práctica meditativa debería hacer reflexionar a todos los medios involucrados, en el sentido de promover esta ancestral práctica de la humanidad.

Abordemos ahora el Yoga, es decir, "el cómo" practicar la meditación para conseguir los más altos ideales.
Antes de meditar
Ejercicios de Energetización
Los ejercicios de energetización, desarrollados por Paramhansa Yogananda hace más de cien años, realizados justo antes de iniciar el proceso meditativo, marcan la diferencia con respecto a la calidad de la meditación. La recarga energética que producen en todo el organismo permite mantener la posición inmóvil durante más tiempo y, como consecuencia, alcanzar un mayor grado de interiorización.

Puede encontrarse información detallada sobre los ejercicios de energetización siguiendo on-line
Realizar dos o tres veces doble inhalación con tensión en todo el cuerpo, seguido de doble exhalación y relajación profunda, es también una práctica muy recomendable antes de la meditación.

El canto devocional
El canto es la mitad de la batalla. Paramhansa Yogananda enfatizó mucho la importancia del canto devocional en el desarrollo espiritual. Cantar con el corazón, con plena conciencia de lo que se dice, ayuda a elevar el nivel de conciencia, abriendo el espíritu hacia las percepciones divinas del alma.

Durante la meditación
Postura o Asana
La palabra sanscrita asana, que se lee "ásana", indica postura y hace alusión a la postura que debe adoptar el yogui para hacer más efectivos sus esfuerzos meditativos. La columna debe estar recta y el cuerpo relajado.
La seda y la lana son excelentes materiales para aislar al yogui practicante del suelo, a fin de que no se desperdicien corrientes energéticas sutiles.
Se puede encontrar amplia información sobre asana en el enlace siguiente:
 Mirada interior
Colocados en posición meditativa, con los ojos cerrados o medio abiertos, debemos dirigir la mirada interior, relajadamente, a un punto ligeramente elevado del horizonte. Es preciso elevar el nivel de conciencia y no dejarse caer en la subconsciencia.
Observación de la respiración
 Debido a la relación existente entre las actividades mentales, respiratorias y circulatorias son muchas las técnicas que tienen en cuenta la respiración. De hecho, es ésta (la respiración) la que encadena el alma al cuerpo. Calmar la mente es difícil; constantemente los pensamientos y preocupaciones rondan nuestra cabeza. Por el contrario, controlar la respiración es mucho más sencillo. Conocidas como "pranayama" (control de la energía), la respiración triangular, cuadrada, o alternada constituyen algunos ejemplos del uso de la respiración  con el ánimo de calmar la mente.
Observar la respiración, sin interferir en ella, no es sencillo. Debe lucharse con los inquietantes pensamientos que el ego envía para que el alma abandone la meditación. Una y otra vez, el devoto debe volver  la atención a la respiración cada vez que su mente vague por los recuerdos del subconsciente.
Utilización de técnicas específicas
Tras estos períodos iniciales de interiorización, el devoto, de acuerdo con su experiencia y conocimientos podrá utilizar diversas técnicas:
Visualización
Hong So
La técnica de Hong So se basa en la observación de la respiración acompañándola del mantra que representa los sonidos astrales de la respiración astral. Puede adquirirse esta técnica siguiendo el curso de las lecciones de Meditación de Ananda, citado anteriormente.
Técnica del Om
La técnica del Om, que se facilita una vez realizado el voto de discipulado, como preparación para la iniciación en Kriya Yoga, es de gran ayuda para sumergirse en el sonido del Om.
Kriya Yoga
En palabras de Yogananda, Kriya Yoga es la Ciencia Suprema del Yoga. Esta elevada técnica elimina con extrema eficacia el mal karma pasado, lo que conlleva una rápida evolución espiritual. Mayor información sobre Kriya Yoga puede encontrarse en el Capítulo sobre Kriya Yoga de la "Autobiografía de unYogui". También hay abundante información en "El Nuevo Sendero" de Swami Kriyananda y en el libro "Dios habla con Arjuna" de Paramhansa Yogananda.
Fase final de la Meditación
Expansión
Mediante visualizaciones adecuadas y la concentración en alguno de los atributos del alma, se puede estimular la expansión de la conciencia. Los atributos del alma son: amor, paz, gozo, serenidad, sabiduría, poder, luz y sonido.
Acción de gracias
Finalizada la meditación se debe compartir con los demás los resultados del esfuerzo meditativo enviando la sagrada vibración del Om hasta los más recónditos lugares del Universo.
Oración
Madre Divina, Tu eres Omnipresente, Tu estás en todos Tus hijos, manifiesta Tu poder curativo en el cuerpo, mente y espíritu de…

martes, 20 de junio de 2017

Ananda cantó en Santa Comba

El Grupo de Meditación de Ananda Llanes se desplazó al completo hasta la localidad coruñesa de Samta Comba, distante mas de cuatrocientos kilómetros, para participar con una sesión de Canto Devocional en el II Festival Om Shanti. 
Se interpretaron diversos cantos de Paramhansa Yogananda y de Swami Kriyananda que fueron seguidos y acompañados por una entusiasta asistencia que llenó la sala. La sesión comenzó a las 13:30 y finalizó pasadas las 3 de la tarde.
Agradecemos la favorable acogida dispensada por la organización y la ayuda espontanea del percusionista que se incorporó al grupo. 
Esperamos volver el año próximo.
En el link abajo pueden verse un par de  grabaciones de la sesión. 

jueves, 8 de junio de 2017

Shivani en Ananda Llanes


 
Finalizado el retiro impartido en León relativo al poder de la mente en la curación (Terapia Vital II), en la tarde del domingo Shivani y PremYotish, visitaron acompañados de Kalyan, la hermosa localidad de Ribadesella. La pleamar contribuyó a engrandecer la panorámica.
 Tras el paseo, un poco de reposo, te y aceitunas.

 A fin de compartir unos momentos de satsang con las ilustres visitantes, el grupo de meditación de Ananda Llanes cambió la fecha para la mañana del lunes. Puntualmente, a las 7:30 dieron comienzo las actividades.


Tras los ejercicios de energetización se siguió la rutina habitual con la lectura de una cuarteta del libro El vino del Místico y la consiguiente sesión de canto devocional. 
 En la Cuevita de Babaji

Tras la meditación guiada, Shivani pronunció unas palabras, parte de las cuales se reproducen en el video que puede verse en el enlace adjunto



lunes, 29 de mayo de 2017

Meditando en Llanes con ANANDA

Sesión Matinal del miércoles 24 de Mayo
De 7:30 a 10:30

Programa:
1
Ejercicios de Energetización

 Abordando el primero de la serie de Ejercicios de Energetización de Yogananda

 2
Lectura de la Cuarteta VIII del Libro de Paramhansa Yoganada "EL VINO DEL MÍSTICO", una interpretación espiritual de El Rubaiat de Omar Khayyam
3
Canto Devocional: Preparación de la actuación en el día mundial del Yoga en La Coruña representando a ANANDA.
En los enlaces siguientes puede escucharse una grabación casera de la sesión de trabajo:
 4
Meditación 

En la "cuevita de meditación"

5
Desayuno
Kalyan sirviendo el té.






Esta sesión de meditación contó con la visita de José Antonio Amaral que, procedente de Aveiro (Portugal), pasó en Ananda Llanes unos días de satsang en preparación para la toma de discipulado. Es la pura encarnación de "Papá Noel", actividad que desarrolla con sumo gusto tanto en las Navidades, como fuera de ellas.






Próxima sesión: 
7:30 de la mañana del día 31 de Mayo

miércoles, 1 de marzo de 2017

Grupo de Meditación de ANANDA en Llanes


Ananda Llanes ha iniciado las actividades del grupo de Meditación el JUEVES 2 de Marzo de 2017

Horario: JUEVES de 17:30 h a 19:30 h
MIÉRCOLES de 7:30 a 10:30
Lugar: Parres de Llanes Casa junto al Cementerio
Si estos horarios no son adecuados para tí, ponte en contacto con Kalyan   anandallanes@gmail.com     670978355

Actividades actuales:  
Ejercicios de Energetización
Maha mudra
Lectura de una cuarteta del libro "El vino del místico" de Paramhansa Yogananda
Canto devocional: prepararación actuación en La Coruña el Dís Mundial del Yoga
Meditación con la técnica de Hong So
Oración de sanación
Te de despedida.

jueves, 17 de noviembre de 2016

El Canto Devocional de Ananda



THOUGHTS ON CHANTING
by Swami Kriyananda
August 2, 298 Dwapara


When I first encouraged chanting with guitars—it was over fifteen years ago—I did it because much of our chanting lacked the energy that rhythm gives to a chant. Rhythm is not so important for personal chanting (Master would hold a single note for a long time, sometimes, when chanting with only two or three of us), but it IS important when chanting in a larger group. Lacking this sense of rhythm, I found that the chants were getting slower and slower, until by the end they sometimes sounded positively funereal. Maybe it was simply the time it takes for sound to travel between the front and the back of the room, but in fact I think it was more than that. When leading the chanting, my own playing would get dragged slower and slower. The only alternative would have been to accept a battle of wills between my playing and what came back to me from the audience.

We had few Indian drums, that people tended to thump, rather like Indian tom-toms; the sound lowered the vibration of the chanting instead of raising it. The inability of Americans to tune in to the subtlety of Indian chanting became especially evident to me at gatherings in Hare Krishna temples, where I found the beat was sometimes of a lower chakra variety, affecting even the movements people would make in their dancing. Again, in those temples, I was sometimes reminded of war dances around a tribal fire. So it occurred to me that guitar playing could help solve our problem. I’d heard this at Peki, and realized that guitar playing was something Westerners were better at. At Peki it gave a more uplifting power to the chanting. The same thing, I thought, could influence our own chanting, and rescue it from becoming a sort of “hymn sing.” In fact, the guitars gave a certain power to the rhythm. I think they’ve added a lot to our chanting, over all.

Then there was also the element of chords. Up to a point, chords were helpful, for they stirred up feeling in the heart. I remember Master, during the chanting at one Christmas meditation, encouraging us, “Whip up feeling in your hearts!”

But I’ve worried also about these changes. For one thing, to stir the emotions at the beginning of a chanting session can be helpful, but later on the emotions must be transformed into intuitive feeling, which is always calm and interiorized. How to effect this transformation?

Another point, which I think will not be very well received but needs to be said: Master NEVER played Indian chants for group singing. He could easily have sung Maha Mantra (“Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna Hare Hare!”, etc.), or one of the other simple chants we all do. I do know that in recounting the life of Sri Chaitanya he once sang “Radhe, Radhe, Radhe Govinda Jai! Spirit and Nature dancing together.” But it was usually in the context of that story, and by his translation he gave it a spiritual meaning. Even in India, the only story I heard of his chanting in a group was of one night when he sang and danced all night. It was in Calcutta. A huge crowd joined him. They filled the house, then the street outside the house, then covered the surrounding roofs. They all danced joyfully the whole night. And the chant he sang on that occasion—in Bengali—was “Door of My Heart.” In fact, he brought to the world a whole new style of singing to God. His chants are NOT like traditional Indian chanting.

So there are several factors I’d like to consider. Let’s begin with the last of them. Master’s mission was to spiritualize America and the West, not to Indianize us. He himself loved Indian music, and was exceptionally well versed in the Indian style of playing and singing. Even so, he didn’t involve Western audiences in it, and from all I can tell he even

sought to inspire the audiences in INDIA with his new style of chanting.

So: Does this mean we should give up the Indian chants altogether?

No, I don’t think so. There is much more exposure to Indian culture nowadays than there was in his time. He himself would sometimes sing Indian songs for us, in the Indian manner—Tagore’s songs, and others. I have a CD Agni made for me from Indian records that Master loved. But Master didn’t sing those chants that recite all those names of deities. Even when singing to Radha and Krishna, he universalized the concept by his translation: “Spirit and Nature dancing together!” Still, some of the Indian chants ARE beautiful. I’d be sorry to give them all up, and I don’t think I’m intruding a merely personal preference in saying so. I simply don’t think this is what we either want or need.

At the same time, I don’t think the mere fact that a chant is Indian is sufficient reason for singing it. Many of those Indian chants are neither beautiful nor inspiring. They haven’t a good melody. They produce a lot of noise, but not deep feeling. I think we need to be more selective in the chants we use, and especially to sing those with real beauty rather than select them merely for their Indian-ness. And I really think we shouldn’t sing so many of them. We are disciples of a new ray, and within that ray a new kind of music has been produced. I think we should honor this fact, and emphasize it more.
The next point has to do with emotionalism. Most Ananda members were raised on emotional music, so it comes naturally. I had my own share of this exposure, too, though later in my boyhood, and it never really sank in because I didn’t particularly enjoy it. Nevertheless, there is bound to be a tendency to LIKE sounds that remind us of the music we grew up with. And this means liking, and then WANTING, the emotional side of chanting and singing. I worry about this fact, because music is so much more than entertainment. It doesn’t merely REFLECT a state of consciousness: It also GENERATES it. A taste for emotional music, if it is too much encouraged, will almost certainly change Ananda’s very state of consciousness, in time—its underlying vibration.

There are three ways of expressing emotions musically: through melody, chords, and rhythm. Even an uplifting melody can be dragged down by chords that are too emotional, and by a heavy rhythm. Chords, if too heavily emphasized, can keep the music on an emotional level. And too heavy a downbeat in the strumming of the guitars will also emphasize the emotions, and feelings that strengthen the ego with their implied affirmation, “I WANT! I LIKE! I DON’T like!”

Another aspect of the chords as many people play them has, I confess, distressed me. For there are right chords, and wrong ones. Too often I’ve found myself cringing every time a wrong chord is repeated in a chant. If this musical “outrage” doesn’t disturb everyone, I still don’t think it can really inspire ANYONE. There’s a reason certain chords are right, and certain others, wrong. Music is a language; it isn’t simply a production of sounds.

In our new chant book, I’ve worked on the chords of my own chants, at least. I didn’t feel equal to tackling the chords that have been suggested for all of Master’s chants, and I confess I feel slightly guilty about this omission. But I’ve been trying to do another job, and have had to take time out to do even this much work on the chant book. I hope you’ll study these new chords, to the extent that they are new.

How much should we use chords? You’ll notice that in my album, “Kriyananda Sings Yogananda,” I hardly use them at all. I chant much more in the style Master used. At the same time, this album is more for individual singing than for large groups, and therefore doesn’t even try to be rhythmic. Back to the question of chords, then: I’d say, don’t feel that chords are essential to our chanting. MELODY is what’s essential. People who find chords easier to play, and who therefore skimp on playing the melody or omit it altogether, ought to try to learn to play the melodies, and to play them correctly. It isn’t enough only to sing them. The practice of playing chords without melody is getting too far away from Master’s style of chanting.

Secondly, it would help, as you get deeper into a chant, to get away from playing the chords altogether and concentrate entirely on the melody. Through the melody you’ll find it easier to attune yourself to AUM than you will by continuing to emphasize the emotional feelings awakened by chords. Go from outer exuberance to quiet absorption within.

It would be nice to have the Indian drums that are played from the sides, rather than from above like the Indian tablas. The tablas require considerable sophistication to sound good, and even with sophistication they often sound as if they were in competition with the singing. In my album called (I think) “Songs of the Soul,” Keshavadas’s son Murali played the tabla accompaniment, and played it exceedingly well. He played it, however, in competition with the singing, and not in support of it. In fact, someone asked him, later, how the chanting session had gone, and he replied, “Very well. I played such-and-such a tala.” Lewis plays the tabla sensitively and also well, but we can’t have him for every chant session, and I think the tabla is, in any case, right only for certain chants, not for all even of the rhythmic ones. The mridanga, dholak, and other similar instruments, played from their sides, are easier to play, and are in most cases more natural for chanting than the tabla.

But guitars can be great also, if not over-emphasized. Stronger strumming at the beginning of a chant session can yield to gentle fingerpicking as the chanting gets deeper. Outer exuberance should be replaced gradually by inward depth.

Sankirtans should include short, then long and then gradually longer periods of meditation. The purpose of all chanting is to take us inside, not to keep us shouting out loud to God.

Most Indian chanting is a recitation of names of God, with an occasional “namo” thrown in. Are all those names really meaningful to any of us? We haven’t grown up with them. They aren’t a part of our culture or of the way we think. I was asked recently in an interview, “To which Hindu symbols do you feel most attracted?” I had to answer, “To none of them, particularly! I’m a yogi. Symbols are for people who feel more drawn to the outward aspects of religion.” Master, too, placed minimal importance on deities, symbols, etc. As his disciples, I think we ought to recognize that many of those Indian chants, most of the names which aren’t even recognizable to us, are more a means of letting off emotional steam than of really deepening our devotion. Forgive me if I offend. I don’t at all mean to.

I want also to say, let’s be careful that we select chants that uplift us, not those merely that stir us with sweet sentiments. Let us try to use them as a means of internalizing our consciousness—in other words, as a path to God. Let us realize that even in India, much of the chanting is not inspiring, but mostly just makes a lot of noise. I remember a story about a time Sri Ramakrishna and some of his disciples attended a Vaishnava festival, and found the music dispiriting. Let’s try our best to follow Master’s way, and to tune in to the divine ray he has brought into our lives. The more we do so, the faster we’ll all grow spiritually.

In Master’s love,

Swami








Swami’s answer to questions from someone on Indian chanting.
September 23, 298 Dwapara


…of course there are things Indian that we will want to continue to incorporate into our activities at Ananda; I mentioned a few of the Indian chants as an example. I have felt for some time, though, that we’ve gone off decidedly too far in that direction already, and have been doing so progressively more as time goes on. Those statements you mentioned as having been attributed to me were accurate, in their essentials at least. That doesn’t mean I was calling for a 180-degree change in course. Naturally it takes time for people to consider any new proposal. It would be a shame, certainly, to throw many things away wholesale, before we’ve had a chance to consider what might take their place, and which aspects of them we’d do well to hold onto. I wanted only to suggest a new direction, one that I think is important, but which will require considered thought.

When we wanted to start a school at Ananda, people didn’t know quite where to begin. As you know, although Master said some important things about education, there was a lot more that he left unsaid. And so there was a natural temptation to begin by studying up on Montessori schools, Waldorf schools, and others. It was a serious mistake to do so, however. Especially at that point, when we hadn’t already developed a deep understanding of how Master would have wanted us to manifest schools, we would inevitably have assimilated unwittingly assumptions and approaches that had no place in our own schools. It would have been a matter of putting new wine into old bottles.

The situation may at first glance appear different in the days of Indian traditions: Master did come from India, after all, as has yoga; and India, of all countries, has much the most spiritual tradition. You may not appreciate, though, how very far Master’s expression departed from anything to be found in India. It was precisely in the area of ritual that his departure was most pronounced. Master introduced almost none of the Indian customs: the pujas, all the different Gods and Goddesses, etc. Nor did he give us Indian names: At SRF we began to take those on only after his passing.

God has sent us a special dispensation for the dawning of a new yuga. We’ve scarcely begun to imagine, even at Ananda, how thoroughgoing a revolution Master actually brought. It’s hardly surprising that the forms appropriate to it are quite distinct form those of Kali Yuga.

…we want our activities at Ananda to be creative, full of joy and inspiration, and ever new: alive, in short! Do you suppose that ancient India had a monopoly on all this? What creative people we have at Ananda! If we didn’t, we wouldn’t be very good disciples of Master. Creativity was his hallmark. Everything he did he approached in a fresh way, unencumbered by precedent. In his poem he urged us to “Sing songs that none have sung; think thoughts that ne’er in brain have rung!:

The true secret of creativity, of course, is to understand that it isn’t we who create anything. Master is just as alive now as he was fifty years ago. If we draw on him nothing we do will be creative. Whatever I’ve accomplished these fifty years as a disciple, none of it was my doing. I’ve prayed to master, and he’s done it all through me. It’s been a great help, of course, to have  been his direct disciple. I’ve always asked myself what he would have done it he were in my situation, and so often things that he did or said would come instantly to mind, and show me the way. That’s not something the rest of you can do so easily, not having lived with him. You may find some of the same benefit, though, by drawing on your experience of my life as I drew on Master’s. Since Master was a perfect channel for God, attuning myself to him was liberating for me rather than in anyway limiting. Just how helpful you’ll find it to draw on your experience of my life will depend on how successful I’ve been in my discipleship, that is, on the extent to which I’ve kept myself out of the way, and made of my life a window through which Master could shine unobstructed. I hope I’ve done well enough to be of at least some help that way….